jueves, 13 de mayo de 2010

AJÍ Y PIMENTÓN (Capsicum sp.) GRAN DIVERSIDAD EN COLOMBIA


Por Juan Humberto Vásquez


Planta originaria del continente americano, donde se han encontrado la mayor diversidad de especies con fósiles que datan de 7000 a 8000 años a.c. desde México pasando por Centroamérica hasta Bolivia. Para la época del Descubrimiento se dio inicio a la dispersión de la planta y es así como para el año 1542 el cultivo se encontraba desde el Mediterráneo hasta Inglaterra y en 1585 los portugueses la llevaron desde las costas del Brasil a la India; al África llegó por las rutas de transporte de esclavos.

Dentro de las especies del viejo mundo solo se tenía la pimienta para efectos de conservación de alimentos y tinturas, por lo que era una especie de alto costo. Los árabes especulaban dentro del mercado de especies en Europa, por eso la premura de explorar nuevas rutas para encontrar dichas especies en las Indias.

La mayoría de autores aceptan la existencia de cinco especies: Capsicum annum (pimentón), Capsicum frutescen, C. chinense, C.baccatum, y C. pubescens, que fueron domesticadas de manera independiente y en diferentes zonas geográficas durante la época prehispánica, lo que originó la selección de formas repetitivas en color, tamaño y sabor del fruto con respecto a las especies silvestres.

¿Quién no se ha “picado” alguna vez? (pungencia) Resulta que el contenido de alcaloides de 12 a 14 que tiene el fruto del ají, en especial la “capsaicina”, nos invade la boca produciéndonos dolor hasta hacer aparecer una descarga de adrenalina. Para remediarlo nos tomamos un vaso de agua, con lo cual solubilizamos más los alcaloides y agudizamos y aumentamos la “picada”; para mitigar en algo este efecto podemos consumir un pedazo de pan, que tiene una acción de esponja y absorbe el alcaloide.

En Colombia contamos con estas cinco especies en todas las zonas geográficas de nuestro territorio en explotaciones a nivel de minifundio, sin embargo, las más cultivas son C. annuum, C. frutescens y C. chínense, de las cuales se aduce que somos su centro de origen, aunque de las demás tenemos bastante material silvestre, de los cuales se aprecian diferentes formas de frutos cónicos, cuadrados, redondos y rectangulares con colores como verde, rojo o amarillo.

Estas especies presentan enfermedades fungosas y virales, lo cual permite que haya bastante presión de selección por parte de los patógenos para obtener semillas de variedades resistentes con especies precoces, intermedias y tardías.

Al observar la distribución de las accesiones del banco de mejoramiento de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira, se cuentan más de 14 departamentos donde podemos recolectar muestras de estos materiales.

En contraste con lo descrito anteriormente, en nuestro país se cultivan principalmente semillas foráneas de variedades e híbridos tales como los japaleños, el ají tabasco y el cayena, productos de programas de mejoramiento de zona templada; aunque tengamos suficiente diversidad genética, lastimosamente no producimos nuestra propia semilla.


REFERENCIAS
Eshbaugh, W. H., 1976.Genetics and biochemical systematic studies of chili peppers (Capsicum – Solanaceae.)Bull Torrey Bot club, 102:396-403.
Disponible en: www.agronet.gov.co. Consultado el 12 de Abril de 2010-


miércoles, 12 de mayo de 2010

PROTOCOLO VERBAL



POR JUAN DAVID BECERRA












Cerré los ojos, el silencio era casi perfecto. La oscuridad introspectiva me aseguraba la posibilidad de oír con mayor sutileza e inteligencia.
Abrí el grifo, las voces que producían las gotas suicidas en mi dorso era insoportable.


Es común ir por la calle escuchando los chillidos, ladridos, rebuznos y diferentes exclamaciones zoológicas; uno, inevitablemente, también se une a la aglomerada turbia animal que nos obliga a comunicarnos de este modo. Nos vanagloriamos de cada uno de los constantes sonidos que, aunque tengan un significado, secuencialmente lo hemos perdido.


Como un ejemplo, me he encontrado frente a una conversación cualquiera y al aparecer un silencio incómodo (el cual es un monstruo para el protocolo), nuestros labios, acostumbrados, lanzan el primer graznido que se nos cruza por la cabeza. No creo que con necesaria obligación sea este hecho algo natural, creo, por el contrario, que es una postura temerosa al rechazo. Hablar por hablar se ha convertido en el centro de nuestro contexto verbal.

De lo que perdemos…

Las palabras no pueden ser usadas sin ánimo, ni mucho menos sin un significado introspectivo; estas variantes deben salir de nuestras dudas reales, de nuestro espíritu; sin este punto de vista se pierde un gran camino. Si las palabras son usadas solo por los órganos encargados de la interacción verbal, estamos perdiendo el extenso campo que las respuestas y preguntas nos pueden brindar en la maravillosa dinámica de una verdadera conversación. Así mismo, la conversación toma un nivel más humano y menos animalizado; porque genera un interés verdadero que no recae en la hipocresía y el interés falso, del que me he empezado a hartar.

Encontrarse rodeado de desconocidos es algo natural en este contexto. También me he unido con timidez a las pláticas que con frecuencia se dan en reuniones sociales; pero cuando se entra en conversación, siempre he sentido la necesidad de callarme, escuchar y agregar algo solo cuando sea necesario. En medio de estas charlas, he encontrado cómo yo y los otros se muestran verbalmente con base en un protocolo vacío que nos lleva a preguntar lo mismo de aquí a allá, viajando sin tregua y renaciendo de lengua en lengua. Observando esto he sentido que soy inútil al no llevar un “grano de arena” a este aspecto que para mí es fatídico. Gracias a esto he visto la similitud entre la mentira y el acto de hablar por hablar.

Cuando hablo sobre este tema con algunas personas, me dicen: -es natural en todos, porque somos seres sociales y necesitamos interactuar-. A lo que yo otorgo un punto a favor, la necesidad social a la que ninguno se escapa. Pero si lo que buscamos al conversar es conocer, relacionarnos e informarnos, les aseguro que una charla con un grado de profundidad mayor será más efectiva a la empresa destinada. Porque la conversación de este modo nos lleva a conocer mejor, por el interés que le damos, siendo este una duda o un comentario sincero. El interés por las palabras obtenidas nos acerca con hondura al universo del prójimo. Así mismo, el diálogo selectivo, como lo planteo en una conversación cualquiera, nos lleva a conocer con mayor definición la información, por el simple hecho del agrado y el provecho que nos genera.

De la monotonía verbal…

Sentados en pequeñas sillas todos observamos el mundo con diferentes perspectivas, unas de extrema derecha, otras de izquierda, unas obtusas, otras no tanto, unas diacrónicas, otras sincrónicas; los puntos de vista desiguales nos llevan a un sabor agradable de lo que es la vida. Si dejamos de ver las diferentes perspectivas, estaremos observando las propias, observándonos a nosotros mismos. Sin duda este es el ejercicio más complicado y por ello somos amantes del exterior.

En ese ánimo de conocer al mundo exterior y en especial a nuestros semejantes (quienes son tildados y rotulados sin convicción) construimos las lenguas y la comunicación. Y paso tras paso nos reinventamos con base en estos, con el propósito de llenar el vacío existencial de no comprendernos.

Al observar la dinámica existencial del ser humano por entender con mayor profundidad las perspectivas y la vida de sus semejantes, no puedo dejar de relacionar el hablar por hablar con la monotonía. Es una constante aberrante que se presenta en nuestras actitudes, resguardándonos en el absurdo, como bien lo llamaría Camus.

Qué más se puede esperar de un estribillo del cual sabemos con anterioridad que hemos perdido la razón de expulsar; estos son sonidos que en algún momento tuvieron un significado verdadero y que ahora son solo clichés para ocultar intenciones muchas veces hipócritas. Maquillamos nuestro desinterés o nuestro miedo al silencio con pláticas que en algunos momentos no significan nada para nosotros. Este escenario nos castra la real expresión del alma o de nuestra personalidad. Quién espera de una conversación un conocimiento diferente a un “¿Cómo has estado?” o un “¿Cómo va la familia?” o aún peor esas risas estudiadas y aprendidas al pie de la letra para situaciones que las ameritan. No digo, por cierto, que estas preguntas tengan un sentido negativo, afirmo con convicción que el sentido negativo se les está implantando con la falta de ánimo y de un interés sincero.

Estoy de acuerdo con la frase “El hombre es un animal de costumbres”, pero afirmo con certeza que la monotonía oral es una costumbre que carcome el potencial del ser humano. Así como se acostumbra a las palabrerías necias y faltas de distinción, creo fervientemente que el hombre puede acostumbrarse a la conversación profunda e introspectiva, a la conversación reflexiva y al conocimiento importantísimo del silencio.

Del silencio…

La actuación normal en medio de algunas conversaciones al aparecer un silencio es de terror; se entumecen en nervios, como si fuese lo peor o como si por ello fueran a quedar mal. Significativamente esto tiene algo de razón, pues en el contexto actual estas faltas de comunicación momentáneas son enemigos monstruosos, aunque, ciertamente se exagera sobre el silencio.

Tomándome como un ejemplo, soy considerado una persona callada, y no es porque yo lo diga con certeza, pues no es así. Pero me han tildado de silencioso, tímido y retraído. Se ha ocultado la belleza del silencio, y ahora es prohibido cerrar por un momento el hocico. Hay quienes elegimos no ladrar constantemente.

Lo que ocurre es que al encontrarse una persona de una amplia lengua para las protocolarias palabras, con una persona “silenciosa”, no puede entenderlo ni permitirlo; esta actitud es totalmente negativa, tan negativa que llegamos a ser expuestos como tarados o algo peor. No lo digo como una hipótesis, porque he sido juzgado cara a cara; me han marcado “silencioso” y a ese sustantivo le han agregado fantasmas y ladrones que asustan a los “conversadores”.

Esos comentarios me han llevado a analizar un poco esa montaña de palabras que se repiten y se repiten, que con sonrisas y levantadas de cejas programadas son la base de las conversaciones diarias. Pero aún me pregunto cuál es la razón del descontento por aquellas personas que se niegan a seguir ese patrón. Admito que muchas veces me veo obligado a unirme a la danza y a dar vueltas como todos, pero realmente, después de tanto pensarlo, es agotador. Así que caminando he cerrado las fauces en un intento desesperado de salirme de la línea que tiene el suelo.

Quiero que se entienda que mi opinión no es una crítica global, y entiendo cómo este aspecto humano forma gran parte de la normalidad diaria, pero estoy intentando aportar un grano a una conversación que muchas veces (no digo todas) está goteando poco a poco nuestra personalidad y nos convierte en partidarios de una personalidad global, a la cual todos “respetan y admiran”, a la cual todos se quieren parecer.

Se muestra enmascarada con una sonrisa larga y cortés, nos hace un ademán de bienvenida y se toma la libertad de enmascararnos; todos bailan, todos sonríen, todos se parecen. Y quienes no quieren participar de la danza, se les encierra o ahorca con la mirada.

Y así, gota tras gota se unen perdiendo lamentablemente su individualidad.


Bibliografía:

Ramon Alcoberro, “Montesquieu – El espíritu de las leyes” “Filosofía i Pensamiento” disponible en: http://www.alcoberro.info/planes/montesquieu.htm recuperado el 7 de Mayo.



LA INFLUENCIA DEL ENTORNO ESCOLAR EN ESTUDIANTES DE SECUNDARIA



Por: Olga Lucía Triana Bustos


La secundaria es la experiencia central que organiza la vida de los adolescentes. Les ofrece oportunidades para aprender nueva información, dominar nuevas destrezas y perfeccionar las que ya poseen: ingresar o no al énfasis del bachillerato técnico que ofrece su institución, estudiar las opciones para seguir una carrera, participar en deportes, teatro, música y estar con sus amigos. Esto amplía sus horizontes intelectual y social cuando combinan encuentros con sus compañeros y adultos. Las diferentes funciones de la secundaria son importantes pero su enfoque primario sigue siendo lo académico.


La secundaria es uno de los elementos más importantes en el ambiente social de un joven. Desde el punto de vista histórico, la educación ha sido el tiquete de avance económico y social que lleva a una vida adulta exitosa. Sin embargo, para muchos de los estudiantes actuales, en especial aquellos que proceden de familias con bajos ingresos, la escuela ya no desempeña esta función vital. Enfocar el desarrollo en el contexto de dónde y cómo viven los adolescentes, cómo los afecta y cómo influye la institución académica, su entorno escolar ayuda a entender algunas de las expresiones que surgen en la adolescencia, al conocer sus miedos, gustos e intereses.


Por ejemplo, los estudiantes de la institución educativa para la cual laboro, provienen en gran parte del sector rural, a quienes generalmente se les asigna la jornada mañana. Sólo un reducido número de estudiantes del sector urbano hacen parte de ésta. La otra parte, ingresan en la jornada tarde. Sin nombrar la jornada nocturna o del fin de semana con niveles para adultos. Si a unos se les dificulta tener acceso a los medios audiovisuales, a otros se les dificulta alejarse de ellos. Sin embargo, la influencia de diferentes fenómenos toca ambas partes. Toca sus sueños.


¿De dónde nacen los sueños de los adolescentes? ¿Son originales o se copian de otros? Todos los miedos, gustos e intereses propios de esta etapa, el miedo a embarazos no deseados, temor a decir la verdad para justificar acciones cuando no asumen sus deberes académicos, a enfrentarse a ciertas situaciones, su gusto por la música, su búsqueda de identidad, la necesidad de usar elementos nuevos, sus perspectivas, sus sueños, su viaje por la adolescencia ¿le acompañan a la generación de adolescentes actual, de igual manera que a la de hace tres lustros? ¿Cuál es la mejor forma para lograr entender las innovaciones, los nuevos conceptos, los nuevos códigos que inciden inevitablemente en la vida de los estudiantes de secundaria de la actualidad?



Podríamos creer que los adolescentes de la actualidad, en su afán de buscarla, no tienen una identidad propia. Seducidos por la voz de Eva en el paraíso o el de las sirenas en el viaje hacia Ítaca, quizás, intentan encontrar aquella que los haga diferente a los demás. Ya lo dice el poeta griego Constantino Cavafis en su poema Ítaca: “pide que tu camino sea largo y rico en conocimientos…Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta cuando con placer, con alegría arribes a puertos nunca vistos”.


De acuerdo con Pérez y Mejía (1996), el hecho más significativo es la manera como la globalización toca a todas las personas produciendo una reorganización y una recontextualización de los entornos inmediatos; pues en la actualidad, gracias a las nuevas tecnologías, se encuentran frente a una nueva realidad que se hace específica en el lugar en el que cada uno se desenvuelve. Esa reorganización de la sociedad afecta de manera especial los procesos de socialización. Los principales lugares de transformación, aquellos que hacen visibles las maneras como los cambios afectan la vida concreta de las personas, son las instituciones académicas y la familia. Es allí donde se forma un sujeto portador de los cambios de la sociedad que se evidencia en la vida cotidiana. Con las transformaciones de vida y los comportamientos de la sociedad, los jóvenes construyen su nuevo imaginario.


Desde los conflictos generacionales de los años 60, los jóvenes han adquirido ciertos rasgos que los van ligando a las culturas urbanas como grupo no vinculado a la economía. Su psicología se basa en la búsqueda de hábitos y valores propios y modelos diferentes a los de la familia, para lo cual priorizan el contacto con amistades que les perfilen su inconformidad frente a los núcleos institucionales básicos. A ello se suma que, a nivel biológico, su sistema nervioso central, sus órganos sexuales y su desarrollo físico en general, están conformándose hasta ahora. No es sino observar a nuestros estudiantes y ver los cambios que su cuerpo ha tenido durante el transcurso del año escolar para darnos cuenta de su transformación.


Por otra parte, en un estudio sobre las significaciones que sobre sexualidad portan los adolescentes pertenecientes a instituciones educativas del sector oficial (Quiñones Rodríguez, 2000), se señala un breve recuento histórico en torno a las expresiones juveniles de los años 90 como la época del ciberespacio, de la sociedad de consumo con una marcada tendencia a la individualidad, características centrales de esta generación que finaliza el siglo XX. Surgen movimientos ecológicos que propenden por la conservación y rescate de la naturaleza. En un alto porcentaje de jóvenes se da un renacer por ideas religiosas promoviéndose en unos casos la participación en diferentes iglesias y sectas religiosas, en otros una gran apatía y marcada indiferencia hacia lo espiritual.


Surge la generación X, que presenta una característica particular: rebelarse en medio de su escepticismo al materialismo de los yuppies. La música de esta generación es el Hip- Hop. Se presenta una fusión de manifestaciones de poesía y arte a través del rap. El rap como forma de denuncia original se expresa utilizando dos componentes básicos: ritmo y rima. Surgen de esta manera las siguientes formas de expresión: break en el baile, graffiti en la pintura, djing en el arte de mezclar la música disco. Como géneros populares encontramos: country, jazz y rock.


Garretón, haciendo un análisis de las industrias culturales prioritarias en la perspectiva de una identidad y culturas propias, expresa sobre el rock lo siguiente: “Resulta interesante en esta perspectiva lo ocurrido con el rock: género musical que en el pasado fue estigmatizado como música foránea y alienante, pero que hoy día constituye, luego de haber sido apropiado por varias décadas, un género incorporado a la cultura musical latinoamericana con plena vigencia sociocultural para una amplia audiencia de jóvenes” (Garretón,1999: 187, citado en Quiñones Rodríguez, 2000).


De modo que ciertos rasgos permiten identificar al joven a determinada cultura. Si nos atenemos a lo que nos dice Pérez y Mejía (1996), el joven de hoy encarna el papel lexical que desempeñan los elementos de la cultura digital. Hoy se presenta un imaginario que reorganiza, negociando con otros lenguajes, los dispositivos de percepción, generando con ello otros tipos de sensibilidad, otra capacidad de captación. El encuentro con un video juego es un ejemplo propio de ese nuevo imaginario.


Además, con la aparición de Internet, se ha producido un verdadero estallido en las dinámicas de la producción del saber sobre jóvenes y culturas juveniles. Estas últimas han construido también su lugar en el ciberespacio. Desde allí generan e intercambian información y conocimiento sobre sí mismas, discuten problemas relevantes para cada escena en diferentes puntos del planeta y dejan entrever lo complejas, múltiples, diversas e híbridas que son (Marín y Muñoz, 2002).



“En la imagen de los jóvenes actuales, aislados y refugiados en sus mundos de significados, sentidos, identidades y relaciones sociales y culturales propias, vemos condensadas las mutaciones en las formas de vida y los valores emergentes de una sociedad interconectada y multicultural. Es innegable que los medios de comunicación, las redes de comunicación, información y mercado, las industrias culturales y los procesos de consumo son fundamentales en la producción de subjetividades contemporáneas, especialmente de los jóvenes, capaces de desarrollar modos de existencia, marcos de referencia, saberes singulares e incluso nuevas artes” (J. Blanch, revista Textos de la cibersociedad, correo e-marzo 19,2010, 2: 00 pm). Así mismo, crean estilos de vida como parte de su propia identidad, como miembros de una cultura juvenil.



Por ejemplo, hay una carga de significado en su manera de vestirse, de expresarse, de comunicarse y de interactuar a través de una red. Bien sabemos que, en este nuevo siglo, con la explosión que resultó ser la Internet, surgieron diferentes formas de entretenimiento y de comunicación, sobre todo en los jóvenes: páginas para compartir videos, chatear entre amigos, y nuevos medios para intercambiar información son sólo algunos ejemplos. Con aquello que les sea significativo, reinventan y desarrollan estrategias para crear un estilo de vida. Tanto así que “millones de adolescentes escucharán la misma música, verán las mismas películas, llevarán la misma ropa hasta hacer surgir el adolescente global” (Nilan, 2004, p.41).



Esta cultura actual del nuevo adolescente que se forma, influida por el consumismo, hace recordar a la generación de la década del 80 con su subjetividad, productividad y consumismo: valores centrales en esta generación, ávida del confort, la posesión y el insaciable deseo de demostrar. Época en la que se rendía culto al poder y a la posesión de dinero, objetos, grandes marcas y pertenecer a clubes. Hoy a redes sociales, a la posesión o adquisición de determinado teléfono celular, un tipo de ropa, en fin; como dicen Pérez y Mejía (1996) con respecto a los modelos culturales de identidad: El dinamismo, la belleza física, la alegría, el placer, la amistad por vía del consumo son valores que se integran y que parecen esconder las inquietudes reales del mundo juvenil (p.66).



En definitiva, ojalá nuestros adolescentes reconozcan cuál es la verdadera madreperla, el coral, el ámbar y el ébano que deben llevarse en su recorrido por esta etapa en busca de su propia identidad para que, así, mañanas de verano hayan en su ruta. ¿Cuál es la voz que nuestros adolescentes escuchan cuando el entorno escolar les dice “…Cuando con placer, con alegría arribes a puertos nunca vistos. Detente en los mercados fenicios para comprar finos objetos…Y visita numerosas ciudades egipcias para aprender de sus sabios”?



Referencias
Espasa (2005) Gran enciclopedia Espasa (Vol. 1-20) Colombia: Espasa Calpe
Marín, M. & Muñoz, G. (2002) Secretos de mutantes: música y creación en las culturas juveniles .Bogotá, D. C. Universidad Central. Siglo del hombre Editores.
Nilan, Pam (2004): Culturas juveniles globales. INJUVE Instituto de la Juventud Madrid, De las culturas urbanas a las culturas juveniles. (Marzo 2004).Recuperado el 5 de mayo de 2010 http://www.injuve.migualdad.es/injuve/contenidos.item.action?id=1189360427&menuId=1963852640

Papalia D. E., & Wenkos, S. (1998). Psicología del desarrollo. (7th ed.). México. Mc Graw Hill.
Pérez G.D. y Mejía J., M. R. (1996). De calles, parches, galladas y escuelas. Transformaciones en los procesos de socialización de los jóvenes de hoy. Santafé de Bogotá Cinep.

Proyecto Atlántida. Estudio sobre el adolescente escolar en Colombia. (1998). Todo lo que nos gusta se evapora. Tomo II (1 reimpresión). Colombia. Tercer mundo editores. División de Educación FES.
Quiñones R., M. [ et al.]. (2000). Sexualidad Adolescente: una mirada actual. Santafé de Bogotá: Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Solé B., J., (2006), Microculturas juveniles y nihilismos virtuales, Revista TEXTOS de la CiberSociedad, 9. Temática Variada. Recuperado el 19 de marzo de 2010 de http://www.cibersociedad.net.

Rasgos urbanos


Por Janeth Carvajal

No sólo su ropa holgada sino sus movimientos corporales como intermitencias luminosas, hicieron pensar a los transeúntes que se trataba de una riña. Los giros y posiciones inesperados alertaban la gran habilidad motriz de los personajes. A dos meses del festival Hip Hop era lógico pensar que el nivel había subido, pues tanto la originalidad en las destrezas cinéticas como la velocidad de las mismas garantizarían el éxito del evento. Dicha competencia mostraba que además del break dance, expresiones artísticas como la música rap y el graffiti manifestaban la identidad cultural de los raperos.


Si pensamos en las “tribus” diremos que son agrupaciones de individuos en las que se dividen los distintos grupos primitivos; mientras que si pensamos en “urbanas” diremos que su connotación nos remite a la ciudad. Pues bien, al unir estos dos términos diremos que “las tribus urbanas”, también conocidas como culturas urbanas, nacen en la “calle” y son agrupaciones de jóvenes que se identifican con su grupo por compartir rasgos como la música, la vestimenta y el lenguaje que usan, bien sea gestual o verbal. Entonces, la cultura Hip Hop es una cultura urbana nacida en Estados Unidos específicamente en el sur del Bronx, y ha representado un estilo de vida por la actitud que toma hacia el mundo y la sociedad.

La cultura Hip Hop, cuyo género musical es el rap, generalmente se vincula con fenómenos sociales de marginalidad e inmigración. No obstante, este hecho no excluye a esta cultura de análisis filológicos, ya que precisamente las manifestaciones lingüísticas y culturales son significativas en mostrarnos, por ejemplo, repeticiones adecuadas de ciertos fonemas que enriquecen sus producciones musicales y determinan tanto su contexto social como su identidad de grupo.

Los elementos que identifican a esta cultura son las diferentes expresiones artísticas que ha suscitado: el rap, que representa la música con un estilo oral-escrito complejo, charlado por el Mc, maestro de ceremonia, y en donde el Djing posee una técnica que utiliza para mezclar colecciones conocidas de discos, y cuyo propósito principal es lograr creaciones originales e individuales; mientras que el Graffiti, con lenguaje icónico bien sea a través de letras o personajes, es el arte urbano; y el Break dance es la expresión física realizada por los breakers tanto de pie como en el suelo .

El rap se ha convertido en un medio para socializar las diferentes problemáticas que aquejan a la sociedad francesa, particularmente. Además, estos hechos, que se denuncian a través de este género, se presentan al interior de una comunidad la cual está conformada por individuos inmersos en un contexto específico que les revela su realidad social. Así, el rap francés ha sido un movimiento social caracterizado por manifestar la inequidad social en las periferias de Francia (banlieues), en donde se encuentra la población inmigrante. La influencia afroamericana de este género musical y sobretodo la identidad de grupo hacen que el rap no sólo llegue a esta región, sino a distintos lugares del mundo. Lo anterior sirve de escenario para afirmar que la cultura Hip Hop conoce y expresa las realidades sociales de Francia y dichas realidades las reafirman con su identidad de grupo.


Le rap ‘bavarder sur un fond rythmique’



Tanto el rap afroamericano como el rap francés convergen cuando expresan la marginalidad del “ghetto”. Sin embargo, si hablamos de producción y creación, las diferencias son marcadas, ya que la estructura de la lengua, la literatura y las raíces son fundamentales en sus obras. Una de ellas radica en los recursos utilizados, pues mientras los raperos francófonos tienen acceso a la gran cultura francesa, los raperos afroamericanos no cuentan con este medio; la otra de ellas tiene que ver con el mestizaje, elemento que muestra la gran influencia recibida por parte de Arabia, Turquía y toda la parte norte de África hacia el rap francés, hecho que deja en desventaja al rap estadounidense. Así, tanto el uno como el otro encuentran un medio de expresión e identificación, aunque ambos beben de fuentes distintas.


Los representantes del rap francés denuncian discriminación, racismo, desigualdad, y marginación. Este género musical aparece en Francia en 1982 y sus intérpretes comienzan a describir el universo de su ciudad con sus problemas, y la voluntad de querer salir de éstos. La primera compilación de rap francés fue Rapattitude (Tono David, IAM, Assassine, Supreme MTM, entre otros). Más rápido de lo que se pensaba el rap se convierte en sinónimo de manifestación de problemas de la sociedad. Con el lanzamiento del álbum de MC Solaar, el rap cambia de imagen, ya que el artista propone un estilo más armonioso .
Aunque el rap haya nacido en las zonas del centro urbano de Norte América, el rap francés por combinar la original y particular escritura con ritmo natural y las estructuras de la lengua francesa, floreció como un estilo propio que atrajo la atención internacional. Mc Solaar ha sido uno de los artistas que ha revolucionado el rap francés. Este artista nace en Claude M’Barali al norte de África, país del Chad, pero inmigra con su familia a Francia, donde vive toda su niñez.

El rap, para él junto con otros autores, representa un medio de expresión e identificación, pues por su misma situación de inmigrantes sienten que es el único medio para ser escuchados y así denunciar el abandono hacia un sistema que los rechaza. Solaar no es solo conocido por su forma de escribir rap sino por su forma de narrar los problemas sociales de Francia. Lo que llama más la atención de Solaar es que logra sensibilizar a aquellos que no hablan francés y lo hace a través del ritmo de su voz y al Groove de su música, además sus interpretaciones imaginativas y modernas tienen que ver con problemas contemporáneos .

De esta manera, los grupos más representativos del rap francés sobresalen por la estrecha relación entre el lenguaje de los raperos y las palabras que utilizan. IAM, de Marsella, es otro grupo que suscita identidad de grupo. Según Jean-Marie Jacono, la gran variedad musical consiste en crear fragmentos no musicales con nuevos términos generalmente muy divertidos, y en los cuales se ve una diferencia significativa entre la relación del lenguaje utilizado por los raperos y su discurso. De manera que al recurrir a estos fragmentos en forma de exclamación dentro del marco del francés estándar, no solo se involucra a todos los franceses sino que se revela la identidad marsellés . Es un hecho que la diversidad expuesta en las creaciones musicales de este grupo hace que los recursos musicales sean únicos.


La danse qui peut s’accomplir ‘debout’ ou au ‘sol’


Los bailarines urbanos deben defender su identidad de grupo a través del break dance. Es una actividad para los descendientes de inmigrantes (issus), quienes ven marcadas diferencias entre la danza urbana y la danza profesional. La primera es vista como legitimación de la cultura que reivindica al ghetto, mientras que la segunda no solo se aleja de esa certificación, al estar impregnada de coreografía, sino que se aparta de las prácticas autodidactas. Los bailarines de “creación” buscan la fuerza física, el coraje corporal, el espíritu de equipo y el gusto por el “enfrentamiento”; y los bailarines de “actuación”, por el contrario, asumen las reglas del juego y el cuerpo obedece a los principios pedagógicos que a su vez se integran al conocimiento dejando de lado la creación subjetiva. Tanto los unos como los otros pertenecen al ghetto, sin embargo, los urbanos aducen que los coreógrafos impregnan sus prácticas de feminidad.

Cada cultura tiene su propio ámbito simbólico con sus discursos, y lo que se sale de esa regulación debe ser “controlado”. Este es el escenario contemplado por las instituciones gubernamentales francesas al querer institucionalizar y legitimar las disposiciones culturales corporales. Esto ha generado que se presente una confrontación de género y de símbolos que traen como consecuencia la desvalorización de la práctica urbana .

Los barrios de las periferias parisinas son percibidos como una población que se debe “controlar”, según las “lógicas” institucionales, pues sus manifestaciones artísticas atentan contra la seguridad de la ciudad. Esto de hecho logró crear un prototipo de género que designa qué movimientos ejecutados en el break dance son masculinos o femeninos. Entonces, los movimientos son moldeados e impuestos por la sociedad y la cultura en la que vivimos sin importar las confrontaciones sexistas que se puedan generar. Si bien el break dance es una práctica machista, esta “lógica” institucional produce resquebrajamientos al interior de las comunidades, ya que incita a la perpetuación de roles en la sociedad. La feminización de esta práctica comienza cuando se inscribe en el campo de la coreografía por un lado; y por el otro, los “enfrentamientos” son estrictamente masculinos, puesto que los participantes compiten con sus nuevas “creaciones” que aprenden sobre la marcha, y si hay presencia femenina, que rara vez ocurre, se le asigna un rol que no se confunda con el masculino . Esto genera a su vez una competencia simbólica por los lugares de práctica, pues estos representan su contexto, su realidad social, que se ven “asaltados” por aquellos que se dejaron impregnar de la actuación profesional.

Si hablamos del cuerpo también se ve una división implícita, puesto que las figuras que se realizan tanto de pie como en el suelo pueden comprometer la pelvis de la mujer . Así ellas utilicen la indumentaria adecuada, que es la misma para los hombres, y ejecuten movimientos viriles, los simbolismos masculinos o los bienes de prestigio se transgreden, hecho que ratifica la discriminación de género entre pares. Es paradójico pensar que esta vejación hacia el otro género se dé en una cultura que busca a través de sus expresiones artísticas su identidad de grupo. No obstante, las responsabilidades son compartidas pues estos patrones no solo se presentan por las lógicas institucionales, sino por la construcción social de género en cada una de las culturas. Entonces, ¿se debe hacer una rehabilitación simbólica?; o por el contrario, ¿sus prácticas deben confrontar esas “lógicas” institucionales?

Una vez en el escenario las ovaciones no se hicieron esperar. Los desplazamientos, las acrobacias, las nuevas “creaciones”, los giros y posiciones inesperadas contagiaron a los asistentes, quienes uniformaron su identidad y convirtieron su cuerpo en un resonador de ritmos intraducibles.