miércoles, 12 de mayo de 2010

Rasgos urbanos


Por Janeth Carvajal

No sólo su ropa holgada sino sus movimientos corporales como intermitencias luminosas, hicieron pensar a los transeúntes que se trataba de una riña. Los giros y posiciones inesperados alertaban la gran habilidad motriz de los personajes. A dos meses del festival Hip Hop era lógico pensar que el nivel había subido, pues tanto la originalidad en las destrezas cinéticas como la velocidad de las mismas garantizarían el éxito del evento. Dicha competencia mostraba que además del break dance, expresiones artísticas como la música rap y el graffiti manifestaban la identidad cultural de los raperos.


Si pensamos en las “tribus” diremos que son agrupaciones de individuos en las que se dividen los distintos grupos primitivos; mientras que si pensamos en “urbanas” diremos que su connotación nos remite a la ciudad. Pues bien, al unir estos dos términos diremos que “las tribus urbanas”, también conocidas como culturas urbanas, nacen en la “calle” y son agrupaciones de jóvenes que se identifican con su grupo por compartir rasgos como la música, la vestimenta y el lenguaje que usan, bien sea gestual o verbal. Entonces, la cultura Hip Hop es una cultura urbana nacida en Estados Unidos específicamente en el sur del Bronx, y ha representado un estilo de vida por la actitud que toma hacia el mundo y la sociedad.

La cultura Hip Hop, cuyo género musical es el rap, generalmente se vincula con fenómenos sociales de marginalidad e inmigración. No obstante, este hecho no excluye a esta cultura de análisis filológicos, ya que precisamente las manifestaciones lingüísticas y culturales son significativas en mostrarnos, por ejemplo, repeticiones adecuadas de ciertos fonemas que enriquecen sus producciones musicales y determinan tanto su contexto social como su identidad de grupo.

Los elementos que identifican a esta cultura son las diferentes expresiones artísticas que ha suscitado: el rap, que representa la música con un estilo oral-escrito complejo, charlado por el Mc, maestro de ceremonia, y en donde el Djing posee una técnica que utiliza para mezclar colecciones conocidas de discos, y cuyo propósito principal es lograr creaciones originales e individuales; mientras que el Graffiti, con lenguaje icónico bien sea a través de letras o personajes, es el arte urbano; y el Break dance es la expresión física realizada por los breakers tanto de pie como en el suelo .

El rap se ha convertido en un medio para socializar las diferentes problemáticas que aquejan a la sociedad francesa, particularmente. Además, estos hechos, que se denuncian a través de este género, se presentan al interior de una comunidad la cual está conformada por individuos inmersos en un contexto específico que les revela su realidad social. Así, el rap francés ha sido un movimiento social caracterizado por manifestar la inequidad social en las periferias de Francia (banlieues), en donde se encuentra la población inmigrante. La influencia afroamericana de este género musical y sobretodo la identidad de grupo hacen que el rap no sólo llegue a esta región, sino a distintos lugares del mundo. Lo anterior sirve de escenario para afirmar que la cultura Hip Hop conoce y expresa las realidades sociales de Francia y dichas realidades las reafirman con su identidad de grupo.


Le rap ‘bavarder sur un fond rythmique’



Tanto el rap afroamericano como el rap francés convergen cuando expresan la marginalidad del “ghetto”. Sin embargo, si hablamos de producción y creación, las diferencias son marcadas, ya que la estructura de la lengua, la literatura y las raíces son fundamentales en sus obras. Una de ellas radica en los recursos utilizados, pues mientras los raperos francófonos tienen acceso a la gran cultura francesa, los raperos afroamericanos no cuentan con este medio; la otra de ellas tiene que ver con el mestizaje, elemento que muestra la gran influencia recibida por parte de Arabia, Turquía y toda la parte norte de África hacia el rap francés, hecho que deja en desventaja al rap estadounidense. Así, tanto el uno como el otro encuentran un medio de expresión e identificación, aunque ambos beben de fuentes distintas.


Los representantes del rap francés denuncian discriminación, racismo, desigualdad, y marginación. Este género musical aparece en Francia en 1982 y sus intérpretes comienzan a describir el universo de su ciudad con sus problemas, y la voluntad de querer salir de éstos. La primera compilación de rap francés fue Rapattitude (Tono David, IAM, Assassine, Supreme MTM, entre otros). Más rápido de lo que se pensaba el rap se convierte en sinónimo de manifestación de problemas de la sociedad. Con el lanzamiento del álbum de MC Solaar, el rap cambia de imagen, ya que el artista propone un estilo más armonioso .
Aunque el rap haya nacido en las zonas del centro urbano de Norte América, el rap francés por combinar la original y particular escritura con ritmo natural y las estructuras de la lengua francesa, floreció como un estilo propio que atrajo la atención internacional. Mc Solaar ha sido uno de los artistas que ha revolucionado el rap francés. Este artista nace en Claude M’Barali al norte de África, país del Chad, pero inmigra con su familia a Francia, donde vive toda su niñez.

El rap, para él junto con otros autores, representa un medio de expresión e identificación, pues por su misma situación de inmigrantes sienten que es el único medio para ser escuchados y así denunciar el abandono hacia un sistema que los rechaza. Solaar no es solo conocido por su forma de escribir rap sino por su forma de narrar los problemas sociales de Francia. Lo que llama más la atención de Solaar es que logra sensibilizar a aquellos que no hablan francés y lo hace a través del ritmo de su voz y al Groove de su música, además sus interpretaciones imaginativas y modernas tienen que ver con problemas contemporáneos .

De esta manera, los grupos más representativos del rap francés sobresalen por la estrecha relación entre el lenguaje de los raperos y las palabras que utilizan. IAM, de Marsella, es otro grupo que suscita identidad de grupo. Según Jean-Marie Jacono, la gran variedad musical consiste en crear fragmentos no musicales con nuevos términos generalmente muy divertidos, y en los cuales se ve una diferencia significativa entre la relación del lenguaje utilizado por los raperos y su discurso. De manera que al recurrir a estos fragmentos en forma de exclamación dentro del marco del francés estándar, no solo se involucra a todos los franceses sino que se revela la identidad marsellés . Es un hecho que la diversidad expuesta en las creaciones musicales de este grupo hace que los recursos musicales sean únicos.


La danse qui peut s’accomplir ‘debout’ ou au ‘sol’


Los bailarines urbanos deben defender su identidad de grupo a través del break dance. Es una actividad para los descendientes de inmigrantes (issus), quienes ven marcadas diferencias entre la danza urbana y la danza profesional. La primera es vista como legitimación de la cultura que reivindica al ghetto, mientras que la segunda no solo se aleja de esa certificación, al estar impregnada de coreografía, sino que se aparta de las prácticas autodidactas. Los bailarines de “creación” buscan la fuerza física, el coraje corporal, el espíritu de equipo y el gusto por el “enfrentamiento”; y los bailarines de “actuación”, por el contrario, asumen las reglas del juego y el cuerpo obedece a los principios pedagógicos que a su vez se integran al conocimiento dejando de lado la creación subjetiva. Tanto los unos como los otros pertenecen al ghetto, sin embargo, los urbanos aducen que los coreógrafos impregnan sus prácticas de feminidad.

Cada cultura tiene su propio ámbito simbólico con sus discursos, y lo que se sale de esa regulación debe ser “controlado”. Este es el escenario contemplado por las instituciones gubernamentales francesas al querer institucionalizar y legitimar las disposiciones culturales corporales. Esto ha generado que se presente una confrontación de género y de símbolos que traen como consecuencia la desvalorización de la práctica urbana .

Los barrios de las periferias parisinas son percibidos como una población que se debe “controlar”, según las “lógicas” institucionales, pues sus manifestaciones artísticas atentan contra la seguridad de la ciudad. Esto de hecho logró crear un prototipo de género que designa qué movimientos ejecutados en el break dance son masculinos o femeninos. Entonces, los movimientos son moldeados e impuestos por la sociedad y la cultura en la que vivimos sin importar las confrontaciones sexistas que se puedan generar. Si bien el break dance es una práctica machista, esta “lógica” institucional produce resquebrajamientos al interior de las comunidades, ya que incita a la perpetuación de roles en la sociedad. La feminización de esta práctica comienza cuando se inscribe en el campo de la coreografía por un lado; y por el otro, los “enfrentamientos” son estrictamente masculinos, puesto que los participantes compiten con sus nuevas “creaciones” que aprenden sobre la marcha, y si hay presencia femenina, que rara vez ocurre, se le asigna un rol que no se confunda con el masculino . Esto genera a su vez una competencia simbólica por los lugares de práctica, pues estos representan su contexto, su realidad social, que se ven “asaltados” por aquellos que se dejaron impregnar de la actuación profesional.

Si hablamos del cuerpo también se ve una división implícita, puesto que las figuras que se realizan tanto de pie como en el suelo pueden comprometer la pelvis de la mujer . Así ellas utilicen la indumentaria adecuada, que es la misma para los hombres, y ejecuten movimientos viriles, los simbolismos masculinos o los bienes de prestigio se transgreden, hecho que ratifica la discriminación de género entre pares. Es paradójico pensar que esta vejación hacia el otro género se dé en una cultura que busca a través de sus expresiones artísticas su identidad de grupo. No obstante, las responsabilidades son compartidas pues estos patrones no solo se presentan por las lógicas institucionales, sino por la construcción social de género en cada una de las culturas. Entonces, ¿se debe hacer una rehabilitación simbólica?; o por el contrario, ¿sus prácticas deben confrontar esas “lógicas” institucionales?

Una vez en el escenario las ovaciones no se hicieron esperar. Los desplazamientos, las acrobacias, las nuevas “creaciones”, los giros y posiciones inesperadas contagiaron a los asistentes, quienes uniformaron su identidad y convirtieron su cuerpo en un resonador de ritmos intraducibles.

No hay comentarios: