jueves, 29 de abril de 2010

La masculinización de la mujer


Por Ana María Rodríguez

No es raro saber hoy en día y darse cuenta de que la mujer ha alcanzado una posición social bastante alta a comparación de siglos pasados. Esto se ve reflejado en que la mujer ahora tiene derecho al voto, mismos cargos laborales que el hombre, mismos derechos, etc. Sin embargo, esto ha hecho que las “nuevas mujeres” hayan dejado a un lado parte de su feminidad para alcanzar una igualdad entre géneros. El uso de pantalones, de ya no ser amas de casa, tener un trabajo, etc. ¿será que hace que una mujer deje de ser mujer? Primero, creo que es pertinente definir lo que es ser mujer: Para mí ser mujer no es casarse, servirle a un hombre, planchar, cocinar, cocer y todas las labores que se le atribuyen a la mujer. Es muy difícil definir qué es ser mujer, porque habría que abarcar el campo biológico, social, psicológico y cultural, entre otros. Pero lo más importante para mí es la esencia de una mujer: su feminidad, entendiendo feminidad como todo lo referente al hecho de ser mujer.

¿Cómo es catalogada la mujer perfecta para occidente? Es aquella con cara linda, piernas largas, cabello brillante y hermoso, piel suave, grandes pechos y cola, cintura pequeña, en pocas palabras una típica modelo de pasarela. Se ve claramente en esta visión occidental un pensamiento muy superfluo de las cosas, ¿dónde están los valores y virtudes que se busca en una pareja? ¿Acaso sólo valen las apariencias? Al parecer sí, y precisamente eso es cuestionado por los orientales, cuya visión rompe con el pensamiento occidental.
Tuve la oportunidad de hablar con un amigo cercano perteneciente a la religión Hinduista que vivió en la India por más de 10 años, acerca del papel de la mujer oriental, del machismo que se vive allá y de su concepción de la mujer occidental. Las respuestas me sorprendieron porque me di cuenta de que tenía una visión sesgada a lo que creía que era; yo pensaba que la mujer oriental era el escalón más bajo de la pirámide, que la misma religión hacía que estuvieran en ese puesto, sin embargo, entendí que la belleza se ve desde el lado espiritual; por ejemplo la belleza de la mujer se define en los ojos en donde se refleja el alma; la mujer es vista como la belleza más perfecta que se ha hecho en la creación y también juega un papel importante en la sociedad.
La representación de Krisna, dios de la religión hinduista, en la mayoría si no es en todas los dibujos, tiene rasgos femeninos muy marcados, ya que al ser él el dios supremo es hermoso, y la mujer es la representación máxima de belleza. Además, es erróneo pensar que la mujer está en el escalón más bajo de la pirámide; se considera que tiene un nivel espiritual más bajo que el del hombre, pero este subirá liberando dharma, para que en la próxima vida el kharma no sea tan fuerte y así poder reencarnar en un ser superior.
La reencarnación es la creencia consistente en que una esencia individual de las personas, integrada por mente, alma, consciencia y energía, vive en un cuerpo material en la tierra no sólo una vez sino varias veces. Es decir, al morir, el alma de la persona se separa del cuerpo y después de un tiempo se “integra” en un cuerpo diferente en la tierra.
La concepción de reencarnación se da por que en la nueva existencia, la persona debe pagar los pecados cometidos en la vida anterior para al final haber recogido a lo largo de todo el recorrido un alma honesta, logrando así la perfección espiritual.
Toda mujer tiene una energía pura femenina denominada shakti, que es una fuerza poderosa y es opuesta a la del hombre; no obstante, es complementaria, algo así como el ying-yang. Ese shakti trae a la vida de las mujeres fertilidad, feminidad, sexualidad y fuerza de vida, por tanto, entre más de esta energía se tenga entonces será más atractiva para los hombres. De igual forma influye mucho el tener un bajo kharma para tener un buen shakty; esto se consigue meditando, haciendo danza árabe, no comiendo carne, orando…
Al conseguir una liberación del dharma se disminuye el kharma de la otra vida y eso implica reencarnar en un hombre la próxima vida y mejor aun en un hombre rico. Por eso es que las mujeres son tan serviles con los hombres, porque, en primer lugar, fueron educadas de esa forma y también porque así en la próxima vida no tendrán tanto karma.

También una cosa que me dijo mi amigo, y es el motivo central de esta reflexión, es que las mujeres occidentales no somos femeninas, no somos mujeres, que debería conocer a una mujer oriental y ahí me daría cuenta de lo que es verdaderamente una mujer. Entonces ¿qué es lo que es una verdadera mujer? ¿Cómo se puede catalogar si se es o no mujer?
Según el diccionario de la Real Academia, feminidad es la cualidad de lo femenino y lo femenino es lo propio a la mujer; en ningún momento se especifica que ser femenina es tener buenos modales, ser delgada, ser servil, débil, etc. Junto con los demás atributos que cargan la palabra femenino. Si lo femenino es ser mujer, basta con ser mujer para ser femenina, sin importar la condición social o el entorno en el que se encuentre. Es el simple hecho de creerse mujer y sentirse mujer para serlo.
“Una mujer es la historia de sus actos y pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron o no lo hicieron o dejaron de hacerlo (….) Una mujer es la historia de lo pequeño, de lo trivial, lo cotidiano, la suma de lo callado.
Una mujer es siempre la historia de muchos hombres. Una mujer es la historia de su pueblo y de su raza. Y es la historia de sus raíces y su origen, de cada mujer que fue alimentada por la anterior para que ella naciera: una mujer es la historia de su sangre. Pero también es la historia de una conciencia y de sus luchas interiores. También una mujer es la historia de su utopía”1
En la época medieval la mujer perfecta era la que tenía un padre rico , obedecía fielmente a él, casada ya a los 14 años, virgen, sumisa, blanca, usaba corsés y vestidos con encajes,pero era muy diferente la concepción que podían tener en Europa, mientras que en América la mujer perfecta era la que cultivaba, de senos caídos, piel oscura . Hoy en día la mayoría de las mujeres obedecen a un pensamiento diferente al desarrollado en la antigüedad, ya no es necesario casarse ni tener hijos, tampoco se obliga a saber cocinar, planchar, atender la visita o a los suegros y no es sinónimo de perfección la que cumpla con todos estos requisitos; Ahora, cada una de las mujeres tiene una concepción distinta, según su entorno, creencia, religión, culto o pertenencia social, acerca de cómo debería ser ,y muy seguramente la mujer de hoy no será la misma dentro de treinta años, ya que los entornos cambian y, como somos seres influenciados por el medio, el pensamiento cambia.
En cada parte del mundo, época, sociedad, la mujer perfecta es total y completamente diferente, lo que es perfecto para unos, puede que no lo sea para otros; por tanto, no se puede hacer una definición general que abarque todo el mundo sobre la mujer perfecta, la mujer ideal. Es muy difícil para mí definir cómo es la mujer perfecta, además estoy influenciada por un medio que me “bombardea” continuamente con ideas sobre cómo debería ser, y es difícil desprenderse de esa continua influencia en el pensamiento.
El canon de perfección que nos muestran continuamente en las novelas, revistas, cine, y demás, influencia de forma directa nuestra concepción de cómo debe ser una mujer. Si bien a la mayoría de mujeres nos gustaría ser flacas, tener una tez perfecta, un cabello brillante, etc., cada mujer es perfecta así como es, con defectos y cualidades; no hay que cumplir con los requisitos impuestos por el continuo bombardeo de la perfección, basta y sobra con saberse y sentirse mujer.

Dice Héctor Abad que “las “mujeres nuevas”, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con las que se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza; nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento2. Es decir es la mujer con la que todo hombre sueña”.
Se ve constantemente los cánones de perfección según la época, imponiéndose uno tras otro, enmarcando cómo hay que ser, cómo vestir, caminar, comer, comportarse. Pero, Vemos que esta “nueva mujer” es la más diferente a todas las demás, pues da un giro completo a la concepción de mujer que se tenía desde hacía siglos, y retomando lo que mi amigo me dijo, la mujer de hoy no es femenina, ha sufrido una masculinización, pero como eso es según la visión oriental ¿Entonces a quien creerle?
Por un lado, los orientales dicen que la mujer moderna no es mujer porque no es femenina, y por el otro lado los occidentales dicen que la mujer moderna es más mujer ¿Cuál camino escoger? ¿Soy o no mujer?
Si bien puede ser el camino oriental u occidental, es el camino propio; y en este escogeré libremente mis ideales de perfección, lo que es ser mujer y lo que es femenino. Entonces ser mujer se define respecto a la época, entorno, posición social de la época, por tanto no se puede hacer una generalización de lo que es ser mujer. Para mí la esencia es saber y sentirse mujer.