jueves, 13 de mayo de 2010

AJÍ Y PIMENTÓN (Capsicum sp.) GRAN DIVERSIDAD EN COLOMBIA


Por Juan Humberto Vásquez


Planta originaria del continente americano, donde se han encontrado la mayor diversidad de especies con fósiles que datan de 7000 a 8000 años a.c. desde México pasando por Centroamérica hasta Bolivia. Para la época del Descubrimiento se dio inicio a la dispersión de la planta y es así como para el año 1542 el cultivo se encontraba desde el Mediterráneo hasta Inglaterra y en 1585 los portugueses la llevaron desde las costas del Brasil a la India; al África llegó por las rutas de transporte de esclavos.

Dentro de las especies del viejo mundo solo se tenía la pimienta para efectos de conservación de alimentos y tinturas, por lo que era una especie de alto costo. Los árabes especulaban dentro del mercado de especies en Europa, por eso la premura de explorar nuevas rutas para encontrar dichas especies en las Indias.

La mayoría de autores aceptan la existencia de cinco especies: Capsicum annum (pimentón), Capsicum frutescen, C. chinense, C.baccatum, y C. pubescens, que fueron domesticadas de manera independiente y en diferentes zonas geográficas durante la época prehispánica, lo que originó la selección de formas repetitivas en color, tamaño y sabor del fruto con respecto a las especies silvestres.

¿Quién no se ha “picado” alguna vez? (pungencia) Resulta que el contenido de alcaloides de 12 a 14 que tiene el fruto del ají, en especial la “capsaicina”, nos invade la boca produciéndonos dolor hasta hacer aparecer una descarga de adrenalina. Para remediarlo nos tomamos un vaso de agua, con lo cual solubilizamos más los alcaloides y agudizamos y aumentamos la “picada”; para mitigar en algo este efecto podemos consumir un pedazo de pan, que tiene una acción de esponja y absorbe el alcaloide.

En Colombia contamos con estas cinco especies en todas las zonas geográficas de nuestro territorio en explotaciones a nivel de minifundio, sin embargo, las más cultivas son C. annuum, C. frutescens y C. chínense, de las cuales se aduce que somos su centro de origen, aunque de las demás tenemos bastante material silvestre, de los cuales se aprecian diferentes formas de frutos cónicos, cuadrados, redondos y rectangulares con colores como verde, rojo o amarillo.

Estas especies presentan enfermedades fungosas y virales, lo cual permite que haya bastante presión de selección por parte de los patógenos para obtener semillas de variedades resistentes con especies precoces, intermedias y tardías.

Al observar la distribución de las accesiones del banco de mejoramiento de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira, se cuentan más de 14 departamentos donde podemos recolectar muestras de estos materiales.

En contraste con lo descrito anteriormente, en nuestro país se cultivan principalmente semillas foráneas de variedades e híbridos tales como los japaleños, el ají tabasco y el cayena, productos de programas de mejoramiento de zona templada; aunque tengamos suficiente diversidad genética, lastimosamente no producimos nuestra propia semilla.


REFERENCIAS
Eshbaugh, W. H., 1976.Genetics and biochemical systematic studies of chili peppers (Capsicum – Solanaceae.)Bull Torrey Bot club, 102:396-403.
Disponible en: www.agronet.gov.co. Consultado el 12 de Abril de 2010-


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