jueves, 29 de julio de 2010

EL TIEMPO Y LA CONSULTA HOMEOPÁTICA

Por Dra. Florencia Correa

Una tarde, dictando clase de homeopatía en la Universidad Nacional, Juanito (estudiante de segundo semestre de la maestría) lanzó una pregunta. “Doctora, con base en su experiencia, ¿cuál es el tiempo de duración de una consulta homeopática?” El interrogante de Juanito había surgido debido a que un amigo suyo, directivo de una EPS, lo había cuestionado sobre el tiempo mínimo de duración de la consulta homeopática, en vista de que tenía que negociar con los futuros médicos homeópatas, la programación de las citas en la consulta externa de la institución que dirige.

La pregunta generó un gran interés y los compañeros que tenían un poco más de conocimiento sobre la dinámica de la consulta homeopática unicista, participaron activamente con una lluvia de ideas para dar luces sobre el interrogante.

Algunos dijeron: “Depende de si el paciente consulta por primer vez o es control”. Otro dijo: “Depende de si el paciente es reservado o locuaz”. Otro adicionó: “Depende de si el médico homeópata utiliza un repertorio computarizado o un libro”. Uno más dijo: “Depende de la experiencia del médico homeópata”. Y algunos muy seguros afirmaron: “Una hora, por paciente de primer vez; y media hora, por paciente de control”.

Así, cada uno tuvo oportunidad de exponer su punto de vista y argumentarlo. Resultó muy enriquecedor el ejercicio para todos los presentes y, al final, la clase programada tuvo que ser dictada en menor tiempo por la circunstancia de resolver el interrogante, que quedó abierto para continuar reflexionando.

Es probable que todos los participantes en la discusión tengan razón, desde su punto de vista, pero ¿cuál será el factor que determina el tiempo de la consulta homeopática? Para aproximarse a la respuesta, desde mi experiencia en la práctica clínica homeopática, es necesario tener en consideración todo lo que se menciona a continuación.

En el interior de una consulta homeopática unicista intervienen: el paciente, el médico homeópata y la comunicación que se genera entre ellos. El paciente participa con su individualidad y el conocimiento previo que tenga de la homeopatía. El médico homeópata participa con su individualidad y el arte alcanzado en su profesión. Por último, interviene la comunicación que se desenvuelve entre los actores de la consulta.

La consulta homeopática es un proceso dinámico donde se interrelacionan el paciente y el médico en busca de la salud; es un momento único e irrepetible donde el paciente se da a conocer en su particularidad y donde el homeópata con su experticia busca apoyar al paciente en su proceso de búsqueda de la curación.

Sin embargo, durante esta consulta los pacientes, cuando son interrogados por el médico homeópata (que los estimula a precisar con detalle sus síntomas), descubren que no han observado suficientemente su sintomatología; que desconocen lo que sucede con su cuerpo y su mente, aunque lleguen con una lista de enfermedades diagnosticadas previamente por su médico convencional.

Esta falta de observación sobre los síntomas puede obedecer en general a que los pacientes desconocen la importancia de describir con precisión sus síntomas, las relaciones de estos con sus circunstancias de vida y con lo que ocurre en sus mentes. Además, puede obedecer a que están acostumbrados a un interrogatorio corto, donde se les pregunta los síntomas en el marco de la medicina convencional, en la cual no hay cabida para la subjetividad y en la que se dispone de 20 minutos para realizar la consulta.

De ahí que algunos pacientes vienen con prisa, desean ser atendidos a la hora programada, están poco dispuestos a observarse y permitirse ofrecer información sobre sus circunstancias personales de vida, pues quieren salir rápido de la consulta homeopática con una solución pronta a su problema de salud.

De manera que todos los pacientes deben ser ampliamente informados de las diferencias existentes entre los modelos de atención médica convencional y la atención médica homeopática. Luego, es deber del médico homeópata comunicar efectivamente a sus pacientes, antes de iniciar la consulta homeopática, los fundamentos doctrinarios de la homeopatía : conceptos del proceso salud/enfermedad, individualidad, semejanza, experimentación pura y dosis mínima,. Así pues, si los pacientes se sienten identificados con la visión de la homeopatía, se convierten en personas firmemente colaboradoras con el interrogatorio y con el tratamiento homeopático.

Es por todos conocido que dentro del modelo de salud convencional los pacientes son poco o nada interrogados sobre la subjetividad de los síntomas que los aquejan como personas y donde lo importante son los signos objetivos de la enfermedad.

Mientras que, en el desarrollo de la consulta homeopática, el médico busca conocer qué hace diferente a ese paciente de los demás seres humanos; qué lo identifica como persona; busca establecer todos los detalles de sus síntomas y de las circunstancias de vida que lo agravan o mejoran. Es decir, se pretende conocer la esencia del paciente, aquello que constituye su naturaleza, lo permanente, cómo es su forma de ser, qué lo entristece, cómo son sus relaciones interpersonales, qué lo hace feliz, cómo reacciona frente a las vicisitudes de su vida, qué ambiciona, qué lo disgusta, a qué le teme, qué le preocupa, cómo es la sensación de sus síntomas, lo característico e importante, cuál es la frecuencia de presentación de los mismos, con qué los relaciona, qué factores climáticos lo mejoran o lo agravan, qué busca él mejorar con el tratamiento homeopático, etc.

En homeopatía se considera al paciente como una unidad, indivisible; la mente y el cuerpo están en íntima relación. El doctor Hahnemann en el parágrafo 217 dice “La investigación de la totalidad de los signos deberá efectuarse cuidadosamente, tanto en lo que se refiere a los síntomas físicos, así como a la interpretación de la particularidad (del carácter) del síntoma principal, o sea especialmente del estado de ánimo y mental predominante” . El médico homeópata busca la individualidad del enfermo, busca conocer qué lo caracteriza como persona y necesita la información tanto objetiva como subjetiva.

Es preciso insistir, la comunicación del paradigma homeopático por parte del médico a su paciente es útil para que éste decida si colabora o no con el proceso de consulta y tratamiento. Por consiguiente, cuando el paciente informado decide elegir este sistema médico, se concentra en observarse a sí mismo para ofrecer su sintomatología característica y participa activamente en la búsqueda de su curación.

No obstante, existen situaciones en las que los pacientes son locuaces; divagan sobre lo que se les pregunta e incluso refieren minucias no útiles para establecer el remedio. En estas situaciones el homeópata con su experticia debe dirigir el interrogatorio de tal manera que el paciente no se sienta agredido, o cortado en su relato. Puede suceder también lo contrario, pacientes que son reservados y contestan a todo con monosílabos, sin soltar detalle alguno; aquí el homeópata debe hábilmente estimular al paciente para que entregue la información necesaria en la elección del remedio.

Este proceso requiere de tiempo, el cual es determinado: por la comunicación efectiva del sufrimiento que trae el paciente a la consulta; por el conocimiento que el paciente tiene de sí mismo y que le facilita o no dar la información al médico. También por el arte del homeópata para: comunicar efectivamente el paradigma homeopático; acoger y encaminar al paciente en la auto-observación de sus síntomas como persona; descubrir la individualidad del paciente y elegir el remedio.

Durante esta intercomunicación de saberes, el paciente se siente escuchado, acogido, respetado, no juzgado, ni criticado y valorado como persona; encuentra en la consulta homeopática una oportunidad para desahogarse. Trae muchos sufrimientos, conflictos, dudas, emociones, que quizás es la primera vez que se permite hablarlos y al escucharse él mismo va descubriendo que pueden ser el punto de partida de su proceso de enfermedad.

La individualidad característica se logra por los detalles objetivos y subjetivos que le pertenecen sólo a ese paciente, ese modo de sufrir su enfermedad, ese modo particular de reaccionar frente a las diferentes circunstancias que le depara su entorno ambiental, familiar y social.
Una vez identificada esa individualidad, el homeópata por similitud elige el medicamento homeopático único que le corresponde al paciente, apoyándose en la repertorización y en su conocimiento de la materia médica.

“Para curar en forma suave, rápida, certera y permanente elige para cada enfermedad una medicina que por sí misma produzca una afección similar a la que debe ser curada” (Dr. Samuel Hahnemann, prefacio a la sexta edición 1842 Organon del arte de curar) .

Cada consulta homeopática unicista tiene sus propios actores, la individualidad del paciente, la individualidad del médico homeópata, ese único momento para interactuar y ese único proceso de comunicación. Puedo entonces afirmar sin temor a equivocarme que la comunicación que sucede al interior de cada consulta homeopática, es única; no existen consultas iguales.

“El verdadero arte de curar es un trabajo reflexivo que incumbe al espíritu humano superior, a la reflexión libre y la inteligencia selectiva, que decide según las causas”. (Dr. Samuel Hahnemann, prefacio a la sexta edición 1842 Organon del arte de curar)

Total que, teniendo en cuenta estas consideraciones, puedo concluir que la unidad indivisible, constituida por la comunicación efectiva que se genera entre los actores de cada consulta homeopática unicista es el factor determinante de la duración de la misma. Por ende, este sería el concepto (que cumple con la ley de la individualidad), en el cual Juanito debería basarse para dar respuesta a su amigo de la EPS, que desea negociar la programación de las citas homeopáticas en la consulta externa de la institución que dirige.

Finalmente, quiero invitar, si me lo permiten los lectores, a todos los médicos homeópatas unicistas para dar a conocer este paradigma a todo aquel que esté interesado. Invito también a los médicos convencionales con mente abierta al conocimiento y al pensamiento, para que estudien la doctrina homeopática, ya que podrían ser, en un futuro, potenciales pacientes de este sistema y, por qué no, futuros médicos homeópatas.


1. Cuando se hace mención a “consulta homeopática” en este texto se refiere de manera específica a la “consulta homeopática unicista”. Es decir, a aquella consulta homeopática que tiene como finalidad elegir un único medicamento por vez para tratar al paciente, esto es, que descarta el uso simultáneo de varios medicamentos homeopáticos en el tratamiento del paciente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Exelente, ilustra de manera clara el arte de ser homeopata.